Un estudio cifra en cerca de 50.000 millones de euros anuales el coste que tendría para España la no adaptación al calor
19/08/2019
Tener en cuenta la temperatura de disparo a partir de la cual se produce un aumento de las muertes en una ola de calor es la base para adaptarse al incremento de temperaturas causadas por el cambio climático. En España la no adaptación no solo aumentaría por 10 la mortalidad por esta causa en los próximos 80 años sino que supondría un coste aproximado a los 50.000 millones de euros al año, según una nueva investigación publicada en Environmental Research.
Estas son las principales conclusiones del estudio "Mortality attributable to high temperatures over the 2021-2050 and 2051-2100 time horizons in Spain: adaptation and economic estimate.", liderado por Julio Díaz y Cristina Linares, investigadores de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III (ENS-ISCIII) y que ha contado con la colaboración de investigadores de la Universidad de Girona, la Agencia Estatal de Meteorología y la Consejería de Sanidad de Castilla –La Mancha.
En el trabajo se realiza una estimación de la mortalidad atribuible a las altas temperaturas en los horizontes temporales 2021-2050 y 2051-2100 y ofrece un estudio pormenorizado a nivel provincial que muestra cuál es la mortalidad atribuible al calor en los dos supuestos y cuál debe ser el ritmo de adaptación al calor en cada región para que no aumente de forma drástica la mortalidad.
En el artículo se calcula cuál será la mortalidad atribuible al calor en el escenario de emisiones de CO2 más desfavorable (RCP8.5) para todas las provincias españolas en dos supuestos: que no haya ninguna adaptación al calor o que haya una adaptación completa. El primer caso, la no adaptación, se produce cuando la temperatura de disparo de mortalidad por calor, que es característica de cada provincia, se mantiene constante en el tiempo. En este caso se pasarán de las 1.300 muertes anuales atribuibles al calor en toda España en la actualidad a 13.000 muertes/anuales en el periodo 2051-2100.
Si se produjera esta circunstancia, según los cálculos de los investigadores, las cuatro primeras ciudades donde se incrementaría la mortalidad serían Alicante, Badajoz, Madrid y Murcia porque las temperaturas de disparo están en 32º para Alicante (un valor que alcanzan un 17% de los días al año; 38º para Badajoz, lo que ocurre un 13% de los días; 34º para Madrid; un 18% de los días del año; 30º para Pontevedra, un 12% de los días y 34º para Murcia, cifra que suelen alcanzar un 3% de los días del año.
Adaptación al mismo ritmo
La segunda opción, la adaptación completa, se producirá cuando la temperatura de disparo de la mortalidad por calor ascienda al mismo ritmo que lo hacen las temperaturas como consecuencia del calentamiento global. En ese caso la mortalidad permanecerá constante, es decir, próxima a los 1300 muertes/año actuales.
Los autores afirman que: "para conseguir esa adaptación al calor, es decir, que cada vez hagan faltan temperaturas más elevadas para que tengan incidencia en la mortalidad, han de activarse diferentes medidas en salud pública. Estas recogen la existencia de Planes de Prevención ante Altas Temperaturas, ya existente en la actualidad en el Ministerio de Sanidad Consumo y Bienestar Social, la mejora en los servicios sanitarios, en las infraestructuras y, sobretodo, la concienciación de la población sobre las consecuencias que las altas temperaturas tienen sobre su salud."
Según resultados de este estudio, el ritmo al que debe subir esa temperatura de disparo de la mortalidad por calor, en media para toda España, para conseguir la adaptación completa debe ser de 0,6ºC/década. Ese valor es plausible porque en otros países como Japón esta temperatura ha subido al ritmo de 1,2ºC/década y ciudades como Estocolmo lo han hecho a 0,8 ºC/década.