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COVID persistente: el ISCIII actualiza el conocimiento científico y da voz a la experiencia de los pacientes

12/05/2025

La COVID persistente es una condición que puede aparecer tras una infección por SARS-CoV-2 y una vez superada la COVID-19 (en la imagen, coronavirus SARS-CoV-2 al microscopio). La COVID persistente es una condición que puede aparecer tras una infección por SARS-CoV-2 y una vez superada la COVID-19 (en la imagen, coronavirus SARS-CoV-2 al microscopio).

El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha organizado y acogido, en su Centro Nacional de Microbiología (CNM), una jornada científica-divulgativa sobre COVID persistente (puede verse completa en el Canal de Youtube ISCIII), en la que investigadoras del Instituto, personas expertas y pacientes han actualizado el conocimiento científico y los retos sanitarios y sociales en torno a este síndrome. La jornada es reflejo de la actividad del Instituto en este ámbito de investigación, con dedicación a la COVID persistente con investigación propia y financiación de proyectos, entre otras actividades.
 
La jornada, coordinada por la científica del CNM-ISCIII Mayte Coiras, se ha organizado con apoyo de la Red Española de Investigación en COVID persistente (REICOP), y ha contado con la colaboración de las asociaciones Long COVID ACTS, AMACOP y Long COVID Aragón. La directora general del ISCIII, Marina Pollán, ha inaugurado la jornada, en la que se ha puesto de manifiesto que la COVID persistente es un desafío científico, sanitario y social que requiere consolidar un enfoque integral, sostenido y decidido.

El encuentro ha ofrecido una visión amplia y multidisciplinar sobre la COVID persistente, un síndrome que se caracteriza por diferentes síntomas que persisten de manera continuada tras una infección por COVID-19. A lo largo de diferentes charlas, se han repasado tanto sus fundamentos clínicos e inmunológicos como sus repercusiones sociales y laborales. 

Un equipo de investigadoras del CNM-ISCIII ha explicado las diferentes alteraciones en la respuesta inmunitaria, daño endotelial sostenido, inflamación crónica y posibles fenómenos autoinmunes de la COVID persistente, que explican la persistencia de síntomas como fatiga, disnea, niebla mental o palpitaciones. También han puesto en evidencia la complejidad del abordaje terapéutico actual, marcado por la falta de tratamientos validados y por la necesidad de definir fenotipos clínicos y biomarcadores que permitan personalizar la atención sanitaria.
 
Desde la perspectiva y experiencia de los pacientes, se han ofrecido herramientas prácticas para la gestión cotidiana de la enfermedad, y se han abordado desafíos como la falta de reconocimiento del impacto laboral del COVID persistente, la ausencia de normativas claras sobre incapacidades y retorno al trabajo, y su consideración como enfermedad profesional. Además, se ha subraya la importancia de reforzar la coordinación entre salud laboral, sanidad pública y administraciones para establecer políticas efectivas de reincorporación laboral.
 

De izquierda a derecha: Clara Sánchez Menéndez, investigadora predoctoral del CNM; Jose Miguel Rubio, director del CNM; Marina Pollan, directora general del ISCIII; Mayte Coiras, investigadora científica del CNM y coordinadora de la jornada; Paula Sánchez Diz, coordinadora técnica de la REICOP; Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la REICOP, y Alicia Simón Rueda, investigadora predoctoral del CNM.

 

Características inmunitarias, riesgo cardiovascular y opciones terapéuticas


Tras la apertura por parte de la directora del ISCIII, la primera sesión ha estado protagonizada por Pilar Rodríguez de Ledo, médica de Familia, presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, y subdirectora de Humanización, Calidad y Atención a la Ciudadanía del Área Sanitaria de Lugo, A Mariña y Monforte de Lemos, en Galicia. En su actualización de la situación de COVID persistente en España, ha señalado que puede haber entre 1,5 y 2 millones de personas afectadas, aunque ha recordado que muchos casos pueden permanecer invisibles.
 
Rodríguez de Ledo ha reconocido los esfuerzos por abordar la enfermedad y ha explicado que aún quedan necesidades pendientes en investigación, diagnóstico, tratamiento y cuidados. Por ejemplo, ha citado “desigualdades entre comunidades autónomas, ausencia de flujos asistenciales claros, falta de protocolos homogéneos y carencia de registros oficiales”, y ha destacado “el profundo impacto laboral, con una mayoría de mujeres afectadas en edad activa”. Según ha añadido, la consolidación de redes clínicas, guías nacionales y la integración de la COVID persistente en políticas de cronicidad facilitarían el abordaje sanitario y social.

A continuación, Clara Sánchez Menéndez, investigadora predoctoral en el CNM-ISCIII, ha explicado la respuesta inmunitaria alterada que muestran las personas con COVID persistente, destacando la existencia de una base inmunológica muy compleja. Según ha señalado, la COVID persistente se caracteriza por bajos niveles de anticuerpos anti-SARS-CoV-2 con menor capacidad neutralizante, incluso tras vacunación, y por un mayor riesgo de reinfección. También se acompaña de un aumento en el número de linfocitos B que, sin embargo, muestran una activación reducida y no se asocian a fenómenos autoinmunes ni a la producción de autoanticuerpos. Además, existe una activación citotóxica descontrolada frente al virus, que persiste en el tiempo a pesar de elevados niveles de células T reguladoras (Tregs), lo que contribuye a un estado de agotamiento inmunológico. A ello se añade la presencia de subpoblaciones de linfocitos T CD4 que presentan un perfil similar al de los cuadros agudos graves de COVID-19, con una marcada producción de citoquinas proinflamatorias, lo que alimenta la inflamación crónica. 

Por su parte, Alicia Simón Rueda, también investigadora predoctoral en el CNM-ISCIII, se ha centrado en el riesgo cardiovascular. Según ha explicado, el origen de la COVID persistente podría originarse con una combinación de una disfunción inmunológica y daño endotelial sostenido, que favorece un estado de hipercoagulabilidad mantenida en el tiempo. Ha apuntado que esta alteración podría estar en el origen de síntomas comunes como fatiga, disnea, palpitaciones, dolor torácico, intolerancia al esfuerzo y algunas molestias gastrointestinales, síntomas que deterioran la calidad de vida de los pacientes y que se relacionan con un riesgo cardiovascular subyacente que los clínicos debe evaluar y seguir en  las personas afectadas para facilitar la detección y prevención de posibles complicaciones a largo plazo.

Mayte Coiras, investigadora científica en el CNM-ISCIII y coordinadora de la jornada, ha hablado sobre estrategias terapéuticas: "La relación de la COVID persistente con mecanismos complejos como la desregulación del sistema inmunitario, la inflamación crónica, los posibles restos virales y los numerosos fenómenos autoinmunes, complican su tratamiento", ha señalado. Según ha añadido, la exploración de distintas estrategias terapéuticas, desde fármacos antivirales hasta inmunomoduladores y anticoagulantes, pueden resumirse en "resultados preliminares y limitados, que no permiten aún confirmar una opción terapéutica ampliamente validada". Por ello, ha citado como retos una mejor definición de los distintos perfiles clínicos, la identificación de biomarcadores que permitan personalizar tratamientos, el desarrollo de ensayos clínicos más robustos "y un enfoque integral y multidisciplinar con tratamientos médicos, rehabilitación física y apoyo psicosocial".

A la izquierda, la directora del ISCIII, Marina Pollán, en la apertura de la jornada. A la derecha, una de las mesas redondas. 

 

Salud laboral y la voz de los pacientes


La jornada también ha contado con la participación de Concepción Martín Cortijo, fisioterapeuta en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, paciente experta de COVID persistente y representante de AMACOP. Su charla se ha centrado en la presentación de pautas y recomendaciones que pueden ayudar a pacientes con COVID persistente en el manejo de síntomas de la enfermedad. Entre otras cuestiones, ha destacado la importancia del establecimiento de rutinas que faciliten el día a día, la capacidad de gestionar tanto posibles crisis como la cronicidad, la importancia de acceder a fuentes de información confiables y el apoyo que prestan las asociaciones de pacientes.

La sesión también ha contado con una mesa redonda enfocada en salud laboral. Araceli López Guillén, responsable de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo (ENMT) del ISCIII, ha señalado que el manejo de personas afectadas de COVID persistente "nos obliga a la gestión de una nueva condición de salud a la que tenemos que dar respuesta desde la Medicina del Trabajo, trabajando en guías y protocolos tratando de atender a requisitos específicos según diferentes ámbitos laborales". María Eugenia González Domínguez, presidenta de Sociedad Española de Medicina y Seguridad del Trabajo (SEMST), ha explicado resultados de diferentes estudios epidemiológicos en torno al impacto de la COVID persistente en el desempeño laboral, explicando el papel de los Servicios de Salud Laboral en cuestiones como la reincorporación y adaptación a los puestos de trabajo.
 
Además, las pacientes expertas Mercedes Sigüenza y Ana Habas han hablado sobre los distintos retos a los que se enfrentan los pacientes de COVID persistente en cuestiones relacionadas con el reconocimiento de las incapacidades que la enfermedad genera, su posible valoración como enfermedad profesional y la carencia de normativas en el entorno laboral.

 

Más información:

- Jornada completa en el Canal de Youtube ISCIII
 

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